La Boca es mi barrio natal y nunca se me había dado poder hacer una sesión preboda ahí. Dicen que nadie es profeta en su tierra.  Lo más lindo de La Boca y en especial de Caminito son esos colores fuertes y bien contrastados de sus casitas viejas, a mí me gustan mucho esos tipos de colores, pero lo que más me atraía es esa conexión emocional que tengo con el barrio, todo me lleva a mi infancia y a los lindos momentos que viví en esas calles. Por suerte cuando les propuse a Romina y a Nacho hacer sus fotos de preboda ahí, dudaron un poquito, pero al rato me dijeron que si, que les parecía un buen lugar. Acordamos un día para la sesión, pero una lluvia muy fuerte, nos obligó a suspenderla. Para la segunda fecha fijada, el pronóstico no era el mejor, otra vez lluvia. Qué hacemos, volvemos a suspender? no, la hacemos igual dijimos, y apenas empezamos a hacer las primeras fotos, el cielo empezó a abrirse tímidamente. Siempre que llovió, paró.